jueves, 19 de agosto de 2010

Black label in the sagrado...

Pasa el tiempo, cambian las circunstancias, cambian las perspectivas, cambian las situaciones pero las personas nunca cambian.... Nuestro sitio nunca cambia. Candeda..... una risa, una confidencia, una burrada, una canción, un buen whisky en el sagrado, la luna llena, las estrellas escuchando yesterday, el pantano, las 4 y media, un cigarro, unas alparagatas, el sagrado, la raya de ojos, la calita, nadar, la gulilla del norte acechando, un paseo, otro paseo, otro cigarro, una acampada, un martíni con vozka, la chupiteira, sonido acuarela, viana, amor de verano, risas, fhashdance, las campanas, un puro, el bar de la Beatriz, soy un gnomo, unas patatas, el pulpiño soberano, la sidra, el menhir de la Veiga, como pega el JB!!, los primos, los primos de los primos y los primos lejanos, una heineken, una buena charla acerca de la vida y del universo en el sagrado, las noches a partir de las 11 y media, el francés,mais berberechos, San francisco,la carpiña, esos bailes, la celebración del cumple de la mari, el frío en el sagrado y el calor de la calita, el tunelcillo, el musiqueo veraniego y multicultural, reservado el derecho de admisión, otro cigarro, la comunión, las sandalias de la eli y el living on a player antes de meternos en el pantano, Tijuana, Ibiza, Méjico, el tanqueray, las uñas mitad pintadas y mitad despintadas,la letrina, los petas de puro, los petas “prestaos”, el plumas naranja, la chaqueta de gnomo roja y el vestido rojo de la mary, el radiocasette, bailes en el lombo, descubrimiento de canciones, el bolso, las llamadas clandestinas con indague incluido, la conductora, el rapeiriño, las grabaciones, la botella de champán, cold mountain en momentos de bajón, las chairas de la alberguería y el ballantines, pérdida de cosas, secretos inconfesables, tarde comiendo “avelás verdes”, mañana vas a la feira?, el Gothan, el Camelot y el Chiricagua, unas estrellas Galicia, Un calimotxo, no enciendas el cigarro al revés!!, una película, las pilas del radiocassete, los planes de futuro en la calita, los viajes planeados, los bailes en el pantano, las queens, el “maquineo”, un ourizo cacheiro, las “ elis”, el vino peleón de la comunión, los vampiros y el pantano en luna llena, los tacones y las zapatillas rotas, la tormenta, la petición de enchufes en el sagrado al alcalde, un coche por favor!!!, la resaka, la siesta de 2 horas, las meadas en compañía, el “cutrillo”,el dancefloor , you spen me round like a record xdd, la cultura de club y la NON, ltoda clase de inmigrantes, los botellonazos en el sagrado con todo el pueblo oteando, otra canción....... para todo lo demás Pikas Club”.


                                                                                                                        

lunes, 9 de agosto de 2010

Del cielo al infierno de Arnhem

Estábamos en Arnhem, formábamos parte de la 1º división aerotransportada de las fuerzas paracaidistas británicas destinadas al combate en la denominada operación Market garden. El objetivo de nuestra división era recuperar una serie de puentes tras las líneas enemigas y mantenerlos ocupados hasta que llegaran lo refuerzos. Otro de los objetivos era rearmar a la resistencia holandesa y así incorporar a nuestros batallones a todos los soldados.


Nacido en Middestrough al noroeste de Inglaterra había decidido alistarme en contraposición a mis padres hacía ya dos años. Nuestra división era conocida como “Los diablos rojos” y yo formaba parte del 2º batallón bajo las órdenes del teniente coronel J. Frost. Así mismo según la jerarquía estábamos ordenados en pelotones de unos 25 hombres, que a su vez se organizaban en escuadras de 5 hombres cada una capitaneada por un comandante de escuadra.
El comandante de mi escuadra se llamaba Cedric Smith pero todos lo conoceríamos como Smith, era un hombre moreno y complexión fuerte, el más veterano de todos nosotros y poseía una extraordinaria fuerza mental así como una destreza como soldado inigualable, siempre intentando protegernos, un hombre admirable. Entre nosotros cuatro estaba Jonh Barthol, un hombre de Birminghan de fuerte personalidad ,alto y con una visión perfecta. Siempre contando historias para intentar tranquilizarnos. Un extraordinario francotirador. Douglas Donovan, de Liverpool un hombre de mediana estatura con pelo castaño, el más bajo pero el más ágil a la hora de esquivar los proyectiles enemigos, y por último Will Flint de Stirling, escocia. El más joven de todos nosotros, el más idealista, rubio, de tez pálida .Estaba emocionado con la idea de la batalla y era el principal blanco de nuestras bromas. Sería mi compañero de a dos una vez descendiéramos en paracaídas.
El ruido que emitía la inmensa flota de aviones, cazas , aeroplanos evidenciaba lo que estaba a punto de ocurrir, una lucha dura y cruenta. El cielo de madrugada lucía tranquilo, una imagen realmente fascinante. Los paracaidistas empezamos a arrojaros de las avionetas. Ese espectáculo aún era mayor..la aparente calma que precede al caos. Miles y miles de paracaídas extendidos por todo el cielo ...es imposible describirlo con palabras.... La imagen estaba entre lo extraordinario y lo aterrador. La bajada en paracaídas resultó ser fructífera ya que conseguimos bajar casi todas las fuerzas en un radio de 1km y la resistencia fue mínima, la llegada había sido todo un éxito.

Una vez pisamos tierra tocamos con la verdadera realidad, el barro hundiéndose bajo los pies y los primeros pasos, los cuales nos acercaban poco a poco a la muerte.

Eseguida empezamos a utilizar nuestras armas asediados por el fuego enemigo, una Ametralladora ligera brem y un fusil Lee-enfield, explosivos de manos y demás armamento ya que el fuego enemigo era constante. El campo de batalla pronto se llenó de soldados y soldados que no paraban de caer muertos en el suelo debido a la sorpresa que nos apabulló, dos divisiones de Panzer de los alemanes. Smith nos ordenaba como avanzar , haciendo fuego de cobertura protegiéndonos unos a otros. Las explosiones a nuestro alrededor eran contínuas, el suelo escupiendo tierra, nublaba la visión impidiendo un mejor avance. Por otro lado las comunicaciones resultaron ser nefastas obstaculizando nuestra ofensiva. Una bala irió a Jonh en la pierna, Donoban y yo intentamos vendársela como pudimos con el material del botiquín que llevábamos, no parecía una herida importante . Los soldados a nuestro alrededor caían y caín y la artillería no daba llegado a tiempo. La operación parecía un auténtico fracaso desde allí abajo. Mis fuerzas poco a poco flaqueaban los inmensos soldados heridos gritando en el fango pidiendo auxilio eran cada vez mayores, cada vez se oía más la palabras de socorro, pidiendo un médico. No tardé en atisbar a un compañero de pelotón el cuál habíamos conocido hacía dos noches, pedía auxilio, le dije al capitán Smith que hiciese fuego de covertura junto con Jonh y Donoban para poder ir hasta él con Will. Nos encaminamos hacia él, entre el barro y la escasa visión, Will se tropezó pero se incorporó rápidamente, estaba realmente nervioso ante el espectáculo que se abría ante nuestros ojos. Cuando llegamos hasta él no tardamos en visualizar una herida de vala que le atravesaba el pecho y otra en la garganta poco profunda de la cual emanaba sangre a borbotones. Le dije que no se preocupara que le iba a poner una venda, pero la herida era mortal...murió en nuestros brazos. "En la base no te preparan para esto" pensé...pero había que seguir adelante y llegar hasta el maldito puente.
Smith nos hizo una seña y a su orden nos encaminamos hacia donde se encontraban para poder reagruparnos. El pantalón del uniforme de Jonh estaba manchado con abundante sangre pero su puntería no fallaba, era un tipo duro de verdad. Los Panzer estaban haciendo verdadero daño a nuetras filas en el oeste. De repente una explosión alcanzó a Douglas en su posición. La gran explosión nos impulsó a varios metros causándonos diferentes contusiones pero ninguna herida grave de muerte.no conseguía oir nada, la explosión me dejó sin oir durante unos minutos. Inmediatamente corrimos hacia él. Sus piernas estaban totalmente destrozadas y la sangre brotaba inmensa de diferentes heridas en los brazos y las piernas. Destrozado caí en el suelo mientras que Smith gritaba un !medico!. Will estupefacto permaneció callado como si a él también le hubieran asestado un golpe mortal, de repente más disparos y disparos. Jonh respondió con disparos también mientras intentamos llevar a Douglas a la trinchera que encontramos más a mano, pero Douglas lo impidió...Decidle a mi...Había muerto.

En ese momento Smith empezó a correr y a disparar contra el enemigo con todas sus fuerzas. Nosotros fuimos detrás, no había tregua lo peor de la guerra se había plasmado en la muerte de Jonh, solo nos teníamos unos a los otros, al hombre que está a tu lado y el de su lado. Poco a poco, haciendo brecha en el enemigo íbamos llegando a nuestro destino. Cuando visualizamos el puente ya sólo quedábamos unos 700 hombres, sitiados y sin apenas provisiones. La artillería alemana había aniquilado al resto de soldados y ahora venía dispuesta a recuperar el puente. Jonh estaba cada vez más débil, un enfermero vino a vendar e intentar limpiar la herida, pero Jonh no se podía poner en pié, había perdido mucha sangre. Lo llevaron al campamento de heridos. La ofensiva en la ciudad estaba siendo demasiado dura. Reagrupados nos mandaron subir a una casa desde donde pudimos hacer blanco más fácilmente, Smith estaba en una ventana contigua y yo y Will en la otra. Así pasaron los siguientes dos días entre horror, incertidumbre y cansancio. El ambiente lleno nieblina y oscuridad inundaba las noches, en las que me preguntaba si ese sería mi último día en la tierra o el de alguno de mis compañeros. La ciudad destrozada por la artillería y llena de escombros ofrecía un paisaje espeluznante. Las calles estaban repletas de cadáveres de ingleses y alemanes y las ruinas de las casas semejaban lo que en realidad era, un auténtico caos. El cerco cada vez era menor, la ciudad cada vez estaba más sitiada.
La artillería alemana estaba haciéndonos capitular. Los bombardeos continuos y las bajas innumerables hicieron que tuviéramos que retirarnos al cuarto día. Los alemanes rearmados oponían cada vez más resistencia.La retirada por la noche estaba preparada , unos botes nos transportarían a nosotros y al resto de soldados restantes para evacuarnos de aquel infierno. Smith nos ordenó que fuéramos que él se quedaría pero al final la presión de los comandantes hizo que se embarcara en lo botes. La evacuación había sido un éxito.
Una vez subidos a los botes nos abrazamos fuerte los tres, abrazábamos la vida , abrazábamos la amistad que habíamos compartido en el más duro tránsito que una persona pueda vivir, nos abrazamos en un emotivo recuerdo de nuestros compañeros caídos, imágenes que nunca se desvanecerían en nuestra memoria y que ahora resonaban con más fuerza que nunca. Para nosotros la batalla había terminado, pero otra batalla aún más grande se forjaba en nuestro interior. Después de tanta destrucción me resultaba imposible volver a mi antigua vida, ¿como me iba a adaptar después de lo vivido?.... De repente me vino una visión de Douglas y John y de Smith corriendo....de Will atenazándose contra el fusil ...Nada volvería a ser igual, pero había que seguir adelante, teníamos que hacerlo por nosotros, y por ellos también...había que seguir adelante.


                                                                                                                      

jueves, 5 de agosto de 2010

Bangkok

Llovía mucho, estaba perdida en medio de aquella ciudad y no encontraba ningún taxi. Sabía que era mala idea salir sola por aquellas calles pero no me imaginaba que me fuera a perder. El ruido de los coches y de los puestos ambulantes me ahogaba y la lluvia tropical fue toda una sorpresa, lo cual empeoró la situación. La idea de ir caminado hasta el hotel era imposible, demasiadas calles cruzadas, demasiados puestos, demasiada lluvia. Estaba realmente perdida.

En la calle reinaba un absoluto caos. Los tendidos eléctricos enredados parecían estar apunto de caerse, los chispazos eran continuos emitiendo un ruido horroroso. A los viandantes autóctonos no parecía importarles en absoluto, estaban totalmente acostumbrados, su principal preocupación era apurar los últimos minutos del día para terminar sus quehaceres. Miré a lo lejos y pude contemplar un inmenso rascacielos lleno de luces y cristalinos ventanales en los cuales se reflejaban los últimos rayos de sol. Me pareció una imagen maravillosa que contrastaba a su vez con la pobreza que se vivía a tan solo unos pasos en las chabolas cerca del río. Metí la mano en mi chaqueta para sacar el móvil y llamar a Albert.

- Albert!! Tienes que ...
- Soy Marc , Albert está en la reunión del comisionado. En media hora ya está fuera.
- Podrías decirle que cuando acabe me llame.........

El teléfono comunicaba.
El bullicio en la calle no cesaba y la gente corría cada vez más por culpa de la lluvia, los empujones eran continuos, la lluvia no paraba de caer, de repente pensé en mi tierra natal en donde te acostabas lloviendo y te levantabas entre el sol y el canto del gallo madrugador..., un empujón me despertó del aletargo haciendo que la imagen se desvaneciera. Miré a mi alrededor y me di cuenta de que a tres metros había un bar llamado songkhla , miré por fuera y parecía un lugar afable. Decidí entrar para resguardarme de la lluvia y esperar así la llamada que no podría tardar mucho.

Abrí la puerta de madera vieja rechinante y me adentré dentro del bar observando que la mayor parte de él estaba decorado con madera. Las lámparas irradiaban una luz amarillenta que mezclada con los tonos rojos del papel de pared, daban al habitáculo un aire tranquilo y amigable. Dentro de él había pocas personas, unas cinco viendo atentamente el televisor de plasma que estaba colgado casi a la entrada. Decidí encaminarme a pedir un té y preguntarle al camarero si me podía indicar algún número de algún taxi. Me dirijí hacia él en inglés.

- Perdone ,podría indicarme el número de algún taxi, o alguna guía ¿?
- Si claro, voy ahora mismo a por la guía, pero dudo que hoy consiga un taxi, ha habido un atentado y la mayoría de las calles en bangkok están cortadas, no se ha enterado?

Mi cara reflejaba una auténtica estupefacción, mi chaqueta empapada y mis zapatos llenos de barro parecía pesarme más. Miré hacia la televisión y las imágenes del suceso no cesaban. Me sentí caer de bruces en el suelo pero mantuve la compostura lo que pude y me senté en el taburete de la barra.

- Señora se encuentra bien?- me preguntó el camarero. ¿Quiere que le ponga algo?

Estaba totalmente atónita pero pude pronunciar la palabra té, a lo que el camarero respondió con un “ ahora mismo”. Saqué un cigarrillo y me dispuse a fumarlo. Inmersa en mis pensamientos no me di cuenta de que había dejado las bolsas encima de la barra y me propuse a quitarlas cuando de repente se desplomaron en el suelo de maqueta haciendo que se vertieran las frutas que había comprado hace unas horas.
Miré a mi lado y vi cómo un hombre de mediana estatura se precipitaba a cogerlas para meterlas en la bolsa .

- Se ha perdido? Creo que puedo ayudarla, estaba sentado al lado y no he podido evitar escuchar la conversación. Este es una ciudad peligrosa de noche y ya está anocheciendo...

Me quedé mirando fijamente al hombre, su voz me sonaba aunque su cara no me resultaba conocida.

- Señorita aquí está su té.....