lunes, 9 de agosto de 2010

Del cielo al infierno de Arnhem

Estábamos en Arnhem, formábamos parte de la 1º división aerotransportada de las fuerzas paracaidistas británicas destinadas al combate en la denominada operación Market garden. El objetivo de nuestra división era recuperar una serie de puentes tras las líneas enemigas y mantenerlos ocupados hasta que llegaran lo refuerzos. Otro de los objetivos era rearmar a la resistencia holandesa y así incorporar a nuestros batallones a todos los soldados.


Nacido en Middestrough al noroeste de Inglaterra había decidido alistarme en contraposición a mis padres hacía ya dos años. Nuestra división era conocida como “Los diablos rojos” y yo formaba parte del 2º batallón bajo las órdenes del teniente coronel J. Frost. Así mismo según la jerarquía estábamos ordenados en pelotones de unos 25 hombres, que a su vez se organizaban en escuadras de 5 hombres cada una capitaneada por un comandante de escuadra.
El comandante de mi escuadra se llamaba Cedric Smith pero todos lo conoceríamos como Smith, era un hombre moreno y complexión fuerte, el más veterano de todos nosotros y poseía una extraordinaria fuerza mental así como una destreza como soldado inigualable, siempre intentando protegernos, un hombre admirable. Entre nosotros cuatro estaba Jonh Barthol, un hombre de Birminghan de fuerte personalidad ,alto y con una visión perfecta. Siempre contando historias para intentar tranquilizarnos. Un extraordinario francotirador. Douglas Donovan, de Liverpool un hombre de mediana estatura con pelo castaño, el más bajo pero el más ágil a la hora de esquivar los proyectiles enemigos, y por último Will Flint de Stirling, escocia. El más joven de todos nosotros, el más idealista, rubio, de tez pálida .Estaba emocionado con la idea de la batalla y era el principal blanco de nuestras bromas. Sería mi compañero de a dos una vez descendiéramos en paracaídas.
El ruido que emitía la inmensa flota de aviones, cazas , aeroplanos evidenciaba lo que estaba a punto de ocurrir, una lucha dura y cruenta. El cielo de madrugada lucía tranquilo, una imagen realmente fascinante. Los paracaidistas empezamos a arrojaros de las avionetas. Ese espectáculo aún era mayor..la aparente calma que precede al caos. Miles y miles de paracaídas extendidos por todo el cielo ...es imposible describirlo con palabras.... La imagen estaba entre lo extraordinario y lo aterrador. La bajada en paracaídas resultó ser fructífera ya que conseguimos bajar casi todas las fuerzas en un radio de 1km y la resistencia fue mínima, la llegada había sido todo un éxito.

Una vez pisamos tierra tocamos con la verdadera realidad, el barro hundiéndose bajo los pies y los primeros pasos, los cuales nos acercaban poco a poco a la muerte.

Eseguida empezamos a utilizar nuestras armas asediados por el fuego enemigo, una Ametralladora ligera brem y un fusil Lee-enfield, explosivos de manos y demás armamento ya que el fuego enemigo era constante. El campo de batalla pronto se llenó de soldados y soldados que no paraban de caer muertos en el suelo debido a la sorpresa que nos apabulló, dos divisiones de Panzer de los alemanes. Smith nos ordenaba como avanzar , haciendo fuego de cobertura protegiéndonos unos a otros. Las explosiones a nuestro alrededor eran contínuas, el suelo escupiendo tierra, nublaba la visión impidiendo un mejor avance. Por otro lado las comunicaciones resultaron ser nefastas obstaculizando nuestra ofensiva. Una bala irió a Jonh en la pierna, Donoban y yo intentamos vendársela como pudimos con el material del botiquín que llevábamos, no parecía una herida importante . Los soldados a nuestro alrededor caían y caín y la artillería no daba llegado a tiempo. La operación parecía un auténtico fracaso desde allí abajo. Mis fuerzas poco a poco flaqueaban los inmensos soldados heridos gritando en el fango pidiendo auxilio eran cada vez mayores, cada vez se oía más la palabras de socorro, pidiendo un médico. No tardé en atisbar a un compañero de pelotón el cuál habíamos conocido hacía dos noches, pedía auxilio, le dije al capitán Smith que hiciese fuego de covertura junto con Jonh y Donoban para poder ir hasta él con Will. Nos encaminamos hacia él, entre el barro y la escasa visión, Will se tropezó pero se incorporó rápidamente, estaba realmente nervioso ante el espectáculo que se abría ante nuestros ojos. Cuando llegamos hasta él no tardamos en visualizar una herida de vala que le atravesaba el pecho y otra en la garganta poco profunda de la cual emanaba sangre a borbotones. Le dije que no se preocupara que le iba a poner una venda, pero la herida era mortal...murió en nuestros brazos. "En la base no te preparan para esto" pensé...pero había que seguir adelante y llegar hasta el maldito puente.
Smith nos hizo una seña y a su orden nos encaminamos hacia donde se encontraban para poder reagruparnos. El pantalón del uniforme de Jonh estaba manchado con abundante sangre pero su puntería no fallaba, era un tipo duro de verdad. Los Panzer estaban haciendo verdadero daño a nuetras filas en el oeste. De repente una explosión alcanzó a Douglas en su posición. La gran explosión nos impulsó a varios metros causándonos diferentes contusiones pero ninguna herida grave de muerte.no conseguía oir nada, la explosión me dejó sin oir durante unos minutos. Inmediatamente corrimos hacia él. Sus piernas estaban totalmente destrozadas y la sangre brotaba inmensa de diferentes heridas en los brazos y las piernas. Destrozado caí en el suelo mientras que Smith gritaba un !medico!. Will estupefacto permaneció callado como si a él también le hubieran asestado un golpe mortal, de repente más disparos y disparos. Jonh respondió con disparos también mientras intentamos llevar a Douglas a la trinchera que encontramos más a mano, pero Douglas lo impidió...Decidle a mi...Había muerto.

En ese momento Smith empezó a correr y a disparar contra el enemigo con todas sus fuerzas. Nosotros fuimos detrás, no había tregua lo peor de la guerra se había plasmado en la muerte de Jonh, solo nos teníamos unos a los otros, al hombre que está a tu lado y el de su lado. Poco a poco, haciendo brecha en el enemigo íbamos llegando a nuestro destino. Cuando visualizamos el puente ya sólo quedábamos unos 700 hombres, sitiados y sin apenas provisiones. La artillería alemana había aniquilado al resto de soldados y ahora venía dispuesta a recuperar el puente. Jonh estaba cada vez más débil, un enfermero vino a vendar e intentar limpiar la herida, pero Jonh no se podía poner en pié, había perdido mucha sangre. Lo llevaron al campamento de heridos. La ofensiva en la ciudad estaba siendo demasiado dura. Reagrupados nos mandaron subir a una casa desde donde pudimos hacer blanco más fácilmente, Smith estaba en una ventana contigua y yo y Will en la otra. Así pasaron los siguientes dos días entre horror, incertidumbre y cansancio. El ambiente lleno nieblina y oscuridad inundaba las noches, en las que me preguntaba si ese sería mi último día en la tierra o el de alguno de mis compañeros. La ciudad destrozada por la artillería y llena de escombros ofrecía un paisaje espeluznante. Las calles estaban repletas de cadáveres de ingleses y alemanes y las ruinas de las casas semejaban lo que en realidad era, un auténtico caos. El cerco cada vez era menor, la ciudad cada vez estaba más sitiada.
La artillería alemana estaba haciéndonos capitular. Los bombardeos continuos y las bajas innumerables hicieron que tuviéramos que retirarnos al cuarto día. Los alemanes rearmados oponían cada vez más resistencia.La retirada por la noche estaba preparada , unos botes nos transportarían a nosotros y al resto de soldados restantes para evacuarnos de aquel infierno. Smith nos ordenó que fuéramos que él se quedaría pero al final la presión de los comandantes hizo que se embarcara en lo botes. La evacuación había sido un éxito.
Una vez subidos a los botes nos abrazamos fuerte los tres, abrazábamos la vida , abrazábamos la amistad que habíamos compartido en el más duro tránsito que una persona pueda vivir, nos abrazamos en un emotivo recuerdo de nuestros compañeros caídos, imágenes que nunca se desvanecerían en nuestra memoria y que ahora resonaban con más fuerza que nunca. Para nosotros la batalla había terminado, pero otra batalla aún más grande se forjaba en nuestro interior. Después de tanta destrucción me resultaba imposible volver a mi antigua vida, ¿como me iba a adaptar después de lo vivido?.... De repente me vino una visión de Douglas y John y de Smith corriendo....de Will atenazándose contra el fusil ...Nada volvería a ser igual, pero había que seguir adelante, teníamos que hacerlo por nosotros, y por ellos también...había que seguir adelante.


                                                                                                                      

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